La Líder opositora, María Corina Machado saludando a simpatizantes durante un evento en Valencia,EFE
GT DIGITAL NEWS. El anuncio del Premio Nobel de la Paz 2025 a la opositora venezolana María Corina Machado provocó una ola de reacciones a lo largo del continente americano, donde dirigentes de distintas corrientes coincidieron en destacar su defensa de la libertad y los derechos democráticos en Venezuela.
Machado,
que se encuentra en la clandestinidad desde enero tras encabezar protestas
contra el gobierno de Nicolás Maduro, fue reconocido por el Comité Noruego del Nobel por su
“incansable labor en la promoción de los derechos democráticos del pueblo
venezolano”.
Desde Caracas, la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) —la
principal coalición opositora— celebró el galardón como un impulso a la lucha
por la libertad del país:
“Este Nobel eleva el compromiso con la
justicia, la democracia y la paz en Venezuela. No renunciaremos hasta alcanzar
esos objetivos”, expresó la alianza en X.
Reacciones divididas en
Norteamérica
En
Estados Unidos, el reconocimiento a Machado generó tanto aplausos como
controversias.
El asesor del presidente Donald Trump, Steven Cheung, criticó al
Comité Noruego por “politizar” el premio, mientras que el secretario general de
la ONU, António Guterres, y el expresidente Barack Obama —también
Nobel de la Paz— elogiaron el coraje de la dirigente venezolana. Obama destacó
que su ejemplo debe inspirar a quienes “defienden la democracia en cualquier
rincón del mundo”.
América del Sur: un apoyo
transversal
Desde Colombia,
el presidente Gustavo Petro expresó su esperanza de que el
reconocimiento contribuya a “abrir caminos de diálogo y paz” en Venezuela. Los
exmandatarios Juan Manuel Santos, Iván Duque y Álvaro
Uribe coincidieron en elogiar su valentía. Santos, ganador del Nobel
en 2016, calificó el premio como un “acto de justicia hacia una mujer que ha
mantenido en alto la voz de la resistencia democrática”.
El presidente argentino Javier Milei aplaudió el galardón como una “victoria frente a la
narcodictadura venezolana”, mientras que el ecuatoriano Daniel Noboa sostuvo que el premio demuestra que “las voces
valientes se imponen sobre el ruido”.
En Uruguay, Luis Lacalle Pou dedicó el reconocimiento “a Machado y al pueblo
venezolano por su lucha incansable”, y desde Paraguay, Santiago Peña consideró el Nobel como “un símbolo del triunfo de la
democracia sobre la opresión”.
Centroamérica y el Caribe: entre
admiración y rechazo
Los
gobiernos de Costa Rica, Guatemala, Panamá y República
Dominicana también se unieron a las felicitaciones. El
presidente Luis Abinader resaltó que el premio honra “más de
tres décadas de entrega y sacrificio por la democracia venezolana”.
No
todos, sin embargo, compartieron el entusiasmo. Desde La Habana, el
presidente Miguel Díaz-Canel calificó el galardón como
“vergonzoso” y acusó al Comité del Nobel de actuar con sesgo político.
Una causa que trasciende fronteras
El
reconocimiento a María Corina Machado no solo destaca su papel como opositora a
Maduro, sino que refleja el respaldo internacional a quienes —en palabras del
Comité Noruego— “mantienen viva la esperanza de un cambio pacífico en
Venezuela”.
Entre aplausos, críticas y llamados al diálogo, el Nobel de la Paz 2025
se convierte en un nuevo capítulo de la larga batalla del pueblo venezolano por
la democracia.

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